Necesito trabajar : el impacto emocional del desempleo

Cualquier persona que haya estado en una situación de desempleo sabe que buscar trabajo es frustrante, agotador, y disminuye poco a poco tu autoestima. En situaciones de crisis oímos mucho este “necesito trabajar” pero no encuentro nada.

Si pasan meses y meses y no recibimos esa llamada del reclutador para realizar una entrevista o si, después de hacer la entrevista no recibimos ninguna noticia de ese puesto pueden aparecer sentimientos de desesperanza, estrés, ansiedad, insomnio, etc.

Tener un trabajo, una rutina, un propósito por el cual levantarnos por las mañanas nos ayuda a desarrollarnos como personas a diferentes niveles y, por ello, no encontrar un empleo muchas veces puede suponer un gran impacto en nuestra salud mental. 

Con este post queremos facilitar, a las personas que estén pasando por una situación de desempleo o conozcan a alguien que esté pasando por este proceso, información acerca de lo que pueden llegar a sentir, sus consecuencias y recomendaciones para poder afrontar esta difícil situación

¿Qué emociones experimenta la persona desempleada?

La mayoría de las personas que buscan empleo por primera vez o, que por circunstancias determinadas han tenido que dejar un trabajo para ocuparse de un asunto familiar, personal o académico y, posteriormente han vuelto a la búsqueda de un empleo que les permita mantenerse económicamente, ha experimentado una serie de emociones que han perjudicado a su estado de ánimo, que son normales teniendo en cuenta la ardua tarea que significa hoy en día ser contratado por una empresa.

Podemos experimentar:

  • Un estado de ánimo variable: “Por la mañana estoy muy motivado/a, pero a cierta hora de la tarde se me viene el mundo encima”

Por la mañana pensamos que es un día nuevo, con múltiples opciones y tiempo para realizar la búsqueda de empleo, pero esa confianza y motivación va cayendo conforme pasan las horas, puesto que la ilusión por comenzar una nueva etapa laboral, un día más, se tiene que posponer… 

  • Desesperación y angustia: “Hago todo lo que puedo pero parece que no sirve”

A lo largo de meses y meses de búsqueda de un empleo (aunque sea temporal) que no aparece, incluso si estás muy formada/o, tienes muchos idiomas, vehículo propio pero no te contratan, suele aparecer un sentimiento de desesperanza hacia el futuro, miedo, vergüenza de tener una cierta edad y no ganar dinero, la frustración de decir necesito trabajar pero no me llaman, hace que caigamos en una indefensión aprendida, cada vez interiorizamos más que no podemos hacer nada por cambiar nuestra situación.

  • Disminución de la autoestima: “No valgo para nada, ni para encontrar un simple trabajo”

Sabemos que no es bueno compararse con los demás, pero en muchas ocasiones resulta inevitable, puesto que solemos fijarnos en nuestros iguales para conocer cómo se desarrollan o cómo consiguen determinados objetivos. Por este motivo, cuando vemos que las personas de nuestro alrededor consiguen sus objetivos profesionales y nosotras/os no, nos invade una sensación de fracaso y pensamientos de poca valía personal

  • Crisis de identidad: “No sé en qué soy bueno, ¿qué va a ser de mí?”

Cuando la autoestima se encuentra a unos niveles muy bajos puede dar lugar al cuestionamiento de la persona sobre su propia identidad, no sabe definirse en ningún contexto, no sabe qué camino tiene que tomar para ser feliz y sentirse realizado a nivel profesional, realmente necesita trabajar pero no sabe en qué puesto podría encajar.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi estado de ánimo en una situación de desempleo?

Realmente encontrarse en una situación de desempleo va minando nuestra autoestima, la motivación y la ilusión por el futuro, es un estado muy difícil de llevar pero no por ello tiene que limitar nuestra vida únicamente a la búsqueda de empleo.

A continuación os dejamos unos tips para poder gestionar mejor las emociones que produce el desempleo, toma nota:

  1. Redefine tu situación: Muchas veces ponernos la etiqueta de “parado” o “desempleado” nos produce ciertas emociones negativas que no nos ayudan a sentirnos mejor con nosotros mismo, por ello prueba a decir o pensar en cómo definir objetivamente tu situación, por ejemplo: “estoy buscando trabajo actualmente”, “quiero encontrar un empleo que me guste de verdad”.
  2. Busca tu momento para pensar: Intenta buscar momentos y lugares para pensar detenidamente y de forma realista,  identificando  los pensamientos negativos que tienes a lo largo del día relacionados con el desempleo y de lo poco que te ayudan, puesto que la vida puede cambiar mucho a lo largo del tiempo y no vas a tener siempre «mala suerte». En este punto te animo a que pongas en duda estos pensamientos: ¿en qué me ayudan? ¿le hablaría así a alguien de mi entorno?
  3. Apóyate en los tuyos: Comparte con las personas más cercanas tu situación, no te aísles e informa de tus progresos de búsqueda de empleo. 
  4. Define tu objetivo: Tienes todo el derecho a rechazar una oferta y aceptar otra, o esperar a que salga un puesto de trabajo mejor que encaje con tu objetivo profesional.
  5. Infórmate: Como ya sabrás la búsqueda de empleo va mucho más allá que apuntarse a una oferta, por tanto, buscar asesoramiento u orientación laboral te ayudará a compartir la incertidumbre. 
  6. Mantén la calma: Es completamente normal que unas semanas haya mucha actividad y aparezcan muchas ofertas o entrevistas, y durante meses esté todo muy tranquilo, no te alarmes, no tienes la culpa de la escasez de ofertas de empleo, la situación cambiará tarde o temprano. 
  7. Establece rutinas: Es difícil mantener una rutina cuando no existe un horario fijo de tareas donde no hay obligación de rendir cuentas a nadie, pero tener una rutina te permitirá llevar una mejor organización de tus actividades y afianzará tu control sobre la búsqueda de empleo y la realización de otras tareas a lo largo del día.  Recuerda tener hábitos alimenticios, ejercicio físico y sueño buenos para un correcto desempeño y una mejor salud mental. 

Como hemos visto a lo largo del artículo “necesito trabajar” el proceso de búsqueda de empleo afecta a muchas personas dañando su estabilidad emocional, este problema se puede producir en mayor medida si esta situación se alarga más de lo esperado. Es muy habitual que surjan pensamientos negativos, sensación de desesperanza, pesimismo, vergüenza que, en muchas ocasiones es contraproducente, ya que nos limita para abrir nuestra mente a nuevos retos o a retomar viejos objetivos que habíamos desechado por algún motivo, por ejemplo por la necesidad de trabajar urgentemente en algo que no nos gustaba.

Por ello, es muy importante tener las metas profesionales muy claras, poner en duda las etiquetas con las que nos identificamos las cuales nos evocan inseguridades sobre nuestra valía, mantenernos informados, buscar ayuda y apoyo de nuestros familiares y amigos, así como intentar adaptarse a la situación actual y establecer rutinas saludables. No dudes en buscar ayuda psicológica, estamos aquí para ayudarte en este momento tan complicado, contáctanos sin compromiso en tan sólo un click: andrea@tuespaciodeterapia.com

Querido lector/a, recuerda que el fin de este artículo es únicamente divulgativo y no equivale, ni forma parte del proceso de terapia psicológica. Si tienes alguna duda o necesitas algún tipo de ayuda más específica, puedes ponerte en contacto conmigo en andrea@tuespaciodeterapia.com .Estaré encantada de ayudarte o resolver cualquier duda o cuestión que te pueda surgir. Estoy aquí para lo que necesites. Mientras tanto nos volvemos a ver en el siguiente artículo.

Sólo tienes que existir como lo haces y vivir tu vida lo mejor que puedas.

Albert Ellis

Esther Navarro Segura

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